miércoles, 22 de abril de 2020

Cómo Albert Einstein, el científico organizaba su tiempo


Albert Einstein: cómo el científico organizaba su tiempo (y por qué a veces se olvidaba hasta de almorzar)*


"La vida es como andar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, debes seguir moviéndote". La frase fue escrita por el prestigioso físico Albert Einstein (1879-1955) a su hijo Eduard en una carta de febrero de 1930.

Y ciertamente Einstein, uno de los científico más relevante de la historia, no dejó de moverse hasta el final de sus días. Sus descubrimientos marcaron un antes y un después en la física, recibiendo el premio Nobel de Física en 1922 y un reconocimiento mundial que trascendió la ciencia. Periodistas y biógrafos lo describen como inconformista y rebelde con una inmensa curiosidad y como un apasionado incansable de la ciencia.

A pesar de su reputación de ser un hombre distante y solitario, en realidad tuvo fuertes lazos familiares y de amistades que se extendieron durante todo su vida. Pero ¿cómo esta mente brillante manejaba su tiempo, cómo eran sus rutinas y qué hay de cierto en que usaba la misma ropa?

Este es un repaso de algunos aspectos de la vida de Einstein a 65 años de su muerte.

Conocimiento y creatividad
La vida de Einstein no fue lineal y constante. Es decir, como cualquiera de nosotros, no siempre usó el tiempo para acumular conocimientos de la misma manera a lo largo de sus años. Sin embargo, para Einstein, había algo mucho más significativo que la sabiduría que lo acompañó durante toda su vida.

"La imaginación es más importante que el conocimiento", le dijo al periodista George Sylvester Viereck en una entrevista publicada en el diario Saturday Evening Post en octubre de 1929.

Cuando era niño, Einstein experimentó problemas para hablar y aprender. "Tenía tanta dificultad con el lenguaje que los que lo rodeaban temían que nunca aprendería", le escribió Maja Einstein, hermana de Albert, a su amiga Sybille Blinoff en una carta de mayo de 1954.

El mismo Albert Einstein reflexionó en su adultez sobre su infancia y los problemas de aprendizaje.
"El adulto común nunca se preocupa por los problemas del espacio y el tiempo. Estas son cosas que ha pensado de niño. Pero como yo me desarrollé tan lentamente, comencé a preguntarme sobre el espacio y el tiempo solo cuando ya era un adulto".

"En consecuencia, investigué el problema más profundamente de lo que lo haría un niño común y corriente", le contó el propio Einstein al físico alemán y premio Nobel James Franck, uno de los testimonios que recoge Walter Isaacson en la biografía Einstein, his life and universe ("Einstein, su vida y universo"). Sin embargo, algunos investigadores sostienen que la capacidad de concentración y sistematización, es decir la habilidad que tenía Einstein de identificar las leyes que gobiernan un sistema, y a la vez su aparente falta de empatía, podrían haber sido una manifestación de autismo, lo cual nunca se ha demostrado.

Concentración extrema
La genialidade de Einstein sumada a su capacidad extrema de concentración hicieron que en 1905 escribiera cinco influyentes investigaciones científicas que incluyen, por ejemplo, la ecuación más famosa de la historia de la ciencia (E=mc2).

Algunos llaman a este período el "año milagroso". En ese momento, Einstein, con solo 26 años, trabajaba como funcionario en la oficina de patentes de Suiza ocho horas al día seis veces por semana. "Podía hacer el trabajo de un día completo en solo dos o tres horas. El resto del día, desarrollaba mis propias ideas", según cuenta Peter Bucky, radiólogo y amigo de Einstein en su libro The Private Albert Einstein ("Albert Einstein en privado").

Ese año fue la demostración de que la mente de Einstein podía manejar una variedad de ideas simultáneamente. Esa habilidad también se veía reflejada en el día a día en la casa con su familia.
"Incluso el llanto más fuerte de un bebé no parecía molestar a mi padre. Podía continuar con su trabajo completamente impermeable al ruido", describió su hijo Hans Albert Einstein a Bucky.

El violín era otro de los instrumentos que le permitía agudizar esa concentración.
"A menudo tocaba el violín en la cocina a altas horas de la noche, improvisando melodías mientras reflexionaba sobre problemas complicados. Entonces, de repente, decía: '¡Lo tengo!', como si por inspiración, la respuesta al problema hubiera llegado a él en medio de la música", agregó Hans Albert Einstein.Según el mismo periodista en la entrevista publicada en el Saturday Evening Post en 1929, Einstein gozaba de una paciencia infinita y no le molestaba explicar sus teorías una y otra vez. "Era un maestro innato que no resiente las preguntas". Sin embargo, sus primeros años como profesor en las universidades de Berna y Praga no gozaron de tanto éxito. Einstein nunca fue un maestro inspirador y sus conferencias tendían a considerarse desorganizadas, afirma Isaacson en su libro.

Ciencia versus familia
Si bien hubo momentos en la vida de Einstein que pudo parecer un ejemplo de un hombre multitarea, es también verdad que manejar el balance entre su vida profesional y la privada no le fue fácil. Además del "año milagroso" en el cual su productividad fue asombrosa, el científico continuó publicando investigaciones revolucionarias y revisiones: seis en 1906 y diez en 1907, todas ellas mientras trabajaba en la oficina de patentes, describe Isaacson.

Al menos una vez a la semana tocaba su violín en un cuarteto de cuerdas y se ocupaba de su pequeño hijo Hans Albert que en ese entonces tenía unos 3 años. "Cuando mi madre estaba ocupada en la casa, mi padre dejaba de lado su trabajo y nos cuidaba durante horas, mientras nos balanceábamos sobre sus rodillas. Recuerdo que nos contaba historias y a menudo tocaba el violín en un esfuerzo por mantenernos callados", recordó Hans Albert en una entrevista que recoge Isaacson.

Pero para 1911 las cosas empezaron a andar mal y su relación con la familia se volvió áspera. Para Einstein, la vida profesional empezó a pesar más que la personal. "Él está trabajando incansablemente en sus problemas, se puede decir que vive solo para ellos", le dijo la entonces esposa de Einstein, la física Mileva Maric, a su amiga Helene Savic en una carta de 1912.

Las tensiones en el matrimonio sumadas al creciente acercamiento con su prima Elsa, que luego se convertiría en su segunda esposa, se volvieron insostenibles para 1913. El exceso de trabajo -para ese entonces tenía tres empleos-, la tensión mental y los problemas domésticos fueron demasiado para Einstein.  "Él tenía la impresión de que la familia estaba tomando demasiado de su tiempo, y que tenía el deber de concentrarse completamente en su trabajo", dijo su hijo Hans Albert en una serie de entrevistas a la BBC en 1967.

Cuando se separó de Mileva en 1914, también se apartó de los niños y eso lo perturbó profundamente. Naturalmente, Einstein se sumergió en la ciencia para escapar de su tristeza.

¿Y el almuerzo?
La dedicación exclusiva a la investigación científica, que dio como resultado la teoría de la relatividad general junto a otros descubrimientos, dejó a Einstein exhausto en 1915.
"Mis sueños más audaces se han hecho realidad", le escribió a su amigo Michele Besso a finales de ese año. Estoy "contento pero kaput" (totalmente roto).

Ese proceso no solo lo dejó agotado sino que se profundizaron sus episodios de distracción incluso olvidándose de comer. "A menudo estoy tan absorto en mi trabajo que me olvido de almorzar", le escribió a su hijo en una carta de mayo de 1915.

Cuando Einstein se volvió a casar, su matrimonio con Elsa fue muy diferente que el anterior. Tenían cuartos separados y él estaba muy a gusto de que ella lo cuidara en todo momento. "Elsa decidía por él cuándo comer y a dónde ir; empacaba su maleta y le repartía dinero en sus bolsillos. Esos detalles le permitieron concentrarse más en el cosmos que en el mundo que lo rodeaba", detalla Isaacson en su libro.

A Einstein le gustaba navegar y salir a caminar. Era una manera de despejar su mente luego de sus momentos de intensa concentración. Muchas veces salía a dar paseos acompañado de Elsa, las hijas de ella o simplemente en soledad.

Existen varias historias sobre las distracciones de Einstein, incluso algunas en las que se lo vio perdido en la calle y debió pedir ayuda para volver a su casa, aunque muchas de ellas pueden ser exageradas.
Después de la muerte de Elsa en diciembre de 1936 y ya viviendo en Estados Unidos, Einstein volvió a sumergirse en el trabajo.

En una carta a su hijo Hans Albert de enero de 1937, Einstein admitió que le costaba concentrarse pero que el trabajo lo mantenía activo. "Mientras pueda trabajar, no debo ni me quejaré, porque el trabajo es lo único que da sustancia a la vida", escribió en una de las cartas recopiladas por los Archivos de Albert Einstein (AEA, por sus siglas en inglés) de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Ciertamente Einstein no era un hombre que pudiéramos calificar de coqueto. De alguna manera construyó una imagen de "profesor amable y gentil, aunque distraído a veces pero indefectiblemente dulce, quien deambulaba perdido en sus pensamientos, ayudaba a los niños con sus tareas y raramente se peinaba o usaba calcetines", describe Isaacson en su biografía.

En 1909 tanto su cabello como su vestimenta empezaron a caer en una especie de desprolijidad. Llegué a una edad en la que, si alguien me dice que use medias, no tengo que hacerlo", le dijo Einstein bromeando a un vecino, según recoge Bucky.

Entre las múltiples historias que se suelen repetir de Einstein una de ellas es que Einstein tenía diferentes conjuntos de ropa pero todos iguales para no tener que perder tiempo en elegir diariamente qué usar. Sin embargo, ni la detallada biografía de Isaacson ni los archivos autorizados que contienen material original del científico mencionan esa historia.
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"Nunca he visto una fuente confiable que afirme que Einstein tenía el mismo tipo de ropa", le aseguró por correo electrónico a BBC Mundo Roni Grosz, director de los AEA. Eso sí: según fotografías, el científico solía repetir el uso de una chaqueta de cuero para eventos formales e informales. Cuando una amiga descubrió que Einstein tenía una leve alergia a los suéteres de lana, fue a una tienda y le compró unas camisetas de algodón que usaba todo el tiempo, según describe Isaacson.
Tal vez de ahí surge parte del mito de que el científico usaba el mismo tipo de ropa para no tener que malgastar el tiempo pensando qué ponerse cada día.

Y su famoso aspecto de científico despeinado también se volvió icónico. Incluso "su actitud despectiva hacia los cortes de pelo era tan contagiosa que Elsa, Margot y su hermana Maja lucían el mismo cabello gris desaliñado", especula Isaacson. Sin pretensiones

Einstein fue un hombre muy austero. No ambicionaba dinero más que el que le permitiera vivir sin lujos. En la entrevista del Saturday Evening Post de 1929, el periodista hace una descripción del escritorio de Einstein calificándolo de sobrio. "El único instrumento de Einstein es su cabeza. No necesita libros, su cerebro es su biblioteca", detalla.

Cuando le ofrecieron el puesto en el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Nueva Jersey (EE.UU.), en la década de 1930, sus pedidos para su nueva oficina también fueron escasos. "Un escritorio o mesa, una silla, papel y lápices. ¡Ah sí! Y una gran papelera, para poder tirar todos mis errores", respondió Einstein, según el biógrafo Denis Brian en su libro Einstein, a life ("Einstein, una vida"), de 1996.

Einstein se retiró oficialmente del instituto en 1945, a los 66 años, pero continuó trabajando allí en una pequeña oficina. Como parte de su rutina diaria, se despertaba, desayunaba y leía los diarios. Luego, cerca de las 10 de la mañana caminaba lentamente desde su casa al instituto, llamando la atención de la gente con la que se cruzaba ya que para ese momento era toda una celebridad.

Einstein trabajó hasta que el dolor por la ruptura de una aneurisma de la aorta abdominal lo obligó a ir al Hospital de Princeton, donde murió el 18 de abril de 1955 a los 76 años.

Hasta el final, el científico batalló para encontrar una teoría de campo unificado para el campo electromagnético y el campo gravitatorio. Pero no lo consiguió. Sin embargo, su perseverancia, genialidad y descubrimientos lo convirtieron en la cara más famosa de la ciencia de los últimos siglos, e igual nunca perdió su humildad. "No tengo talentos especiales, solo soy apasionadamente curioso", le escribió Einstein a Carl Seelig, su primer biógrafo, en marzo de 1952.

*tomado de BBC News Mundo 
Analía Llorente
18 de abril 2020. 
Albert  Einstein: cómo el científico organizaba su tiempo (y por qué a veces se olvidaba hasta de almorzar) 
BBC News Mundo Recuperado desde: https://www.bbc.com/mundo/noticias-52273116  USR 

Bajado el 22 de abril a las 20:33 horas. 





viernes, 17 de abril de 2020

Cuestionario de adaptación al cambio según la psicología


1.    ¿Qué es la adaptación al cambio
 ¿Cómo afectan los cambios a la mente
        3.  Menciona tres aspectos de cómo afectan los cambios             a la mente
         4 . ¿Cuáles son los requisitos básicos para que la adaptación a               los cambios sea eficaz?
         5.  ¿Qué es la capacidad de aceptación?
        
         En qué consiste la aceptación de que:
         6. Toda situación puede cambiar
         7.  No podemos controlar gran parte de los sucesos 
          8. Aquellos elementos que no podemos cambiar 
          9. ¿En qué consiste la búsqueda de bienestar?
         10. ¿Por qué el individuo debe tener actitud proactiva?
          11. ¿Cuál es la doble perspectiva que la sociedad usa como                    estrategia de adaptación Psicológica?
           12. ¿En qué consiste la perspectiva de cambio centrada en la                    persona?
          13. ¿Cuáles son elementos se tienen que cambiar en la                            perspectiva del cambio del entorno
          14.  ¿Qué recomendaciones proporciona el autor para no caer                en desesperación ante el cambio?
          15.  Tomando en cuenta los cambios generados en la sociedad                debido a la contingencia de salud, este documento te aporta              elementos para sobrellevar mejor el aislamiento social.                   Argumenta tu respuesta   

Adaptación al cambio Según la Psicologia





Adaptación al cambio Según la Psicologia* 

 Por José Emilio Alberola ColomarActualizado: 13 septiembre 2019

¿Qué es la adaptación al cambio?
El ser humano forma parte de este mundo dinámico y, por tanto, sujeto a múltiples cambios a los que debe adaptarse para mantener su estabilidad psicofísica y su bienestar psicológico. Cuando el cambio está provocado por un suceso que altera el estado psicológico de la persona la adaptación constituye un requisito imprescindible para volver al equilibrio y la estabilidad. En este ámbito, la capacidad para adaptarse a los cambios puede considerarse como una propiedad de la mente humana relacionada con el mecanismo de la homeostasis psicológica, y se entiende como “el conjunto de cambios ocurridos en el Yo (cognitivos y/o conductuales) a instancia de los cambios producidos en el entorno con el fin de mantener la estabilidad emocional y el equilibrio psicológico”.
El mecanismo de la adaptación funciona bien cuando el cambio producido no tiene mucha trascendencia, pero cuando un determinado suceso provoca un cambio que afecta de forma negativa a alguno de los factores fundamentales que conforman nuestra vida diaria, como sucede con la pérdida de una persona querida, de una capacidad física, de una situación privilegiada, de un bien valioso, de un prestigio profesional o relevancia social, la adaptación presenta más dificultad y las consecuencias negativas de la no adaptación son más graves.
Cómo afectan los cambios a la mente
Está demostrado que si la respuesta ante un suceso vital estresante o con una gran carga emocional no es adaptativa se corre el riesgo de sufrir un trastorno de adaptación (TA) que el DSM-V define como una reacción de desajuste a una situación psicosocial estresante, desarrollándose un conjunto de síntomas emocionales o conductuales y cuyas manifestaciones clínicas pueden incluir estados de ánimo depresivo (sentimientos de tristeza y desesperanza), ansiedad, preocupación, sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas, de planificar el futuro o de poder continuar en la situación presente y un cierto grado de deterioro del cómo se lleva a cabo la rutina diaria (puede implicar conductas problemáticas, de riesgo o imprudentes).
Esta reacción puede aparecer en respuesta a un solo evento puntual, como un accidente de tráfico grave o el fallecimiento de un familiar, o tras la vivencia de un período de tiempo estresante, como es el caso de problemas matrimoniales o laborales graves. La persona que padece un trastorno de adaptación tiene la sensación de que la situación a la que se enfrenta es insostenible, pero no es capaz de vislumbrar una solución, se siente atrapada, ya que las dificultades que experimenta sobrepasan su capacidad de afrontamiento, provocando la frustración y el malestar que generan un comportamiento que es desproporcionado respecto a la gravedad o intensidad de la situación estresante.
Los sucesos perturbadores y los traumas psicológicos además de las consecuencias anteriores, también suelen provocar la aparición de algunas carencias personales (físicas, afectivas, económicas, de sentido de la vida) o bien generar unas nuevas necesidades que satisfacer y, en este sentido, el proceso de adaptación va avanzando a medida que se van llenando las carencias, proveyendo satisfacción a las nuevas necesidades y generando proyectos ilusionantes que devuelvan la estabilidad y el bienestar psicológico a la persona.

El proceso de adaptación según la psicología: habilidades
La adaptación es el proceso que permite pasar de un estado de malestar psicofísico provocado por un cambio en las circunstancias que envuelven la vida de una persona, a otro estado de bienestar mediante una actuación en alguno de los aspectos vitales que se han visto afectados por dicho cambio. Una característica importante de este proceso es que sus efectos no son inmediatos y pueden dilatarse en el tiempo. El proceso de adaptación a los cambios debe cumplir dos requisitos básicos para que sea eficaz:
1. La capacidad de aceptación
Aceptar que el acontecimiento ocurrido ha modificado de forma irremediable o de difícil recuperación alguno de los pilares que soportaban nuestra existencia cotidiana, dando lugar a una nueva situación perjudicial o desfavorable no deseada. Esto nos lleva a tener que asumir la irreversibilidad de la situación preexistente e impulsar la adaptación a la nueva. No puede darse la adaptación si mantenemos constantemente en nuestra consciencia el recuerdo del pasado y dejamos que éste influya en nuestra cotidianidad. Además, el aceptar la situación conlleva también de forma implícita otras aceptaciones añadidas:
·         Aceptar que toda situación puede cambiar, ya sea para bien o para mal, lo que hace que la vida tenga necesariamente momentos y situaciones agradables y otras desagradables y de sufrimiento que se intercambian de forma alternativa. La vida nos invita a disfrutar de momentos agradables y placenteros, pero también lleva inserta la semilla del dolor y el sufrimiento que puede germinar en cualquier momento.
·         Aceptar que no podemos controlar gran parte de los sucesos que pueden afectarnos negativamente, bien de origen personal (enfermedades, discapacidades físicas o intelectuales) o bien provenientes de nuestro entorno (accidentes, desastres naturales, conflictos interpersonales, etc.) y la mayoría de las veces nos limitamos a elegir entre las posibilidades que éste nos ofrece.
·         Aceptar aquello que no podemos cambiar de nosotros y/o de nuestro entorno. La nueva situación puede que requiera cambios en la forma de ver y de relacionarse con nuestro entorno, pero no todos los cambios deseados serán posibles.
2. La búsqueda de bienestar
La situación creada por el suceso perturbador suele llevar aparejada la desaparición de expectativas, ilusiones, deseos y objetivos de futuro que teníamos, se quiebra el presente y se diluye el futuro previsto. Esto nos obliga a definir un nuevo escenario para el desarrollo de nuestra vida y a poner en práctica las acciones necesarias para que este escenario pueda generar un estado psicofísico de equilibrio y bienestar, eliminando la incertidumbre y la inseguridad que nos aflige.
Para llevar a cabo esta misión el requisito fundamental es tener una actitud proactiva, pues muchas personas afectadas por un cambio vital tienen una fuerte predisposición a pensar que nada cambiará y un deseo incuestionable de que todo permanezca igual, sobre todo si tienen dificultades para dominar las situaciones nuevas, por lo que prefieren quedarse en el pasado. Pero la realidad acaba por imponerse y no pueden evitar las consecuencias: la soledad, la falta de recursos económicos, las carencias afectivas, el estancamiento profesional, las limitaciones físicas o sensoriales, la falta de ilusiones, el miedo al futuro, etc., y todo ello dificulta enormemente el proceso de adaptación.

Adaptación al cambio y flexibilidad
Ante un cambio vital, la quietud, la pasividad o el conformismo son actitudes poco vitalistas, aunque en ocasiones comporten un estado de bienestar. Está demostrado que la negación del suceso que ha provocado el cambio, o la evitación de su recuerdo, aunque genere bienestar a corto plazo, no elimina el hecho de que el acontecimiento se haya producido, por lo que seguirá existiendo en nuestra mente aguardando momentos de debilidad psicológica para emerger y causar nuevamente sufrimiento.
En este sentido, la predisposición y la actitud positiva para enfrentarse a la nueva situación vital deben ser firmes pero también flexibles. Un ejemplo ilustrativo del camino a seguir nos lo da la física de sistemas:
“Si llenamos de agua líquida un recipiente de forma cúbica, ésta se adaptará fácilmente al contorno del recipiente y adoptará su forma, pero ante cualquier fuerza externa que agite el recipiente la perderá, pues su naturaleza líquida le hace inestable. Si está en estado sólido, como el hielo, si no tiene la misma forma y tamaño no podremos introducirlo en el recipiente y para adaptarlo a él tendremos que utilizar la fuerza y se romperá. Sin embargo, un estado intermedio, como el viscoso o gelatinoso, se adapta perfectamente a cualquier recipiente de forma lenta, lo que le permite mantener su estructura si es sometido a una fuerza, y es más estable que el líquido.”


Habilidades para adaptarse al cambio
En el caso del ser humano, una actitud rígida e intransigente (sólida) frente al cambio de su situación dificultará o impedirá la adaptación y será causa de desequilibrio psicológico. Asimismo, una persona que esté dispuesta a aceptar cualquier cambio, por mínimo que sea, en sus condiciones y circunstancias vitales (líquida) también sufrirá inestabilidad, pues le será difícil encontrar las condiciones adecuadas a su persona y correrá el riesgo de perder su propia identidad. La postura intermedia (gelatinosa) permite adaptarse a las nuevas situaciones que surjan de forma más pausada y meditada, evitando errores y manteniendo la integridad y continuidad de la identidad psicológica de la persona. Descubre aquí cómo tener una actitud positiva en momentos difíciles.
La capacidad de adaptarse a los cambios y la monitorización
En el ámbito de la psicología un término que sigue este planteamiento es el de auto-observación o monitorización, definido como: “la capacidad de la persona para percibir las claves de la conducta más conveniente en cada situación y actuar así en función de las exigencias de ésta, dejando a un lado sus propias convicciones y disposiciones internas”.
Esta capacidad permite a la persona ser flexible y desarrollar una conducta adecuada a las circunstancias. Si la persona es capaz de aceptar su situación y continuar desarrollando sus aspectos vitales estará respondiendo de una forma flexible. Sin embargo, si se niega a aceptarla y se enreda en una lucha contra sí mismo para negar la evidencia puede desarrollar un patrón inflexible que le haga alejarse de la necesaria adaptación.
Adaptación como estrategia psicológica
La persona y su entorno forman una unidad indisociable, están correlacionados, de forma que el cambio en uno afecta necesariamente al otro, luego la adaptación a la nueva situación puede que necesite un cambio en nosotros y/o en nuestro entorno. Así, puede observarse que hay personas que centran su estrategia en lo personal, en prestar atención a su Yo íntimo (meditación, yoga, espiritualidad, etc.) y sólo acuden al entorno como apoyo a esta intimidad (el consejo de personas de confianza, un guía espiritual, etc.). Sin embargo, otros ponen el foco de atención en el entorno: la familia, el trabajo, los viajes, los amigos, participar en eventos sociales y culturales, etc.
Ante esta doble perspectiva cabe preguntarse:
1.    ¿Puedo cambiarme a mí mismo, esto es, cambiar la forma de ver las cosas, la forma de interpretar la situación sobrevenida y de valorar sus consecuencias y, por tanto, cambiar mi actitud y forma de actuar?
2.    ¿Puedo modificar el entorno para que favorezca mis expectativas de forma que me permita una cierta estabilidad, equilibrio y bienestar psicológico?
3.    ¿Debería modificar los dos a la vez?
Objetos de cambio en la adaptación psicológica
En el caso de elegir una estrategia centrada en la persona, la cuestión se centra en determinar qué capacidades y/o aptitudes se requieren para adaptarnos a nuestro entorno, qué función podemos desarrollar y cómo debemos relacionarnos con él a partir de ahora. Una forma de afrontar esta misión desde el punto de vista psicológico es mediante una reestructuración cognitiva para establecer una nueva forma de interpretar las cosas, de sentir y de actuar (incluye la imaginación y creatividad para proponer cambios; la modificación del sistema de valores morales, sustituyendo los inapropiados por otros más adaptativos; los cambios de comportamiento, costumbres y hábitos que resulten perjudiciales por otros más adecuados).
Si la estrategia elegida es actuar sobre el entorno, las relaciones persona-entorno pueden agruparse en tres escenarios vitales básicos: el familiar, el social y el laboral, y el cambio puede darse en cualquiera de los tres ámbitos. Según cuál de ellos sea el afectado deberá adoptarse una estrategia u otra valorando las circunstancias personales en cada ámbito. En virtud de estos escenarios, algunos ejemplos de estrategias podrían ser:
·         Familiar: modificación del tipo y la forma en que se producen las relaciones con los familiares involucrados (fortaleciendo o disminuyendo los vínculos según los casos).
·         Social: establecimiento de nuevas relaciones sociales o modificar algún aspecto de las existentes.
·         Laboral: buscar una actividad y un entorno que faciliten la autorrealización manteniendo una cuota de bienestar personal adecuada (relación equilibrada personal-laboral).
Hay que tener en cuenta que modificar el entorno para que se adapte a nuestras expectativas suele ser difícil, pues la mayoría de elementos que lo componen están fuera de nuestro control, por lo que suele ser más efectivo centrarse en nuestro propio Yo (un antiguo proverbio dice: “Un hombre no puede cambiar la dirección del viento, pero sí puede cambiar la orientación y el sentido de las velas”).
En cualquier caso, se trata de construir una nueva realidad dentro de la cotidianidad teniendo en cuenta las oportunidades que tenemos a nuestro alcance y las limitaciones personales y del entorno que nos afectan. Para ello es aconsejable empezar por buscar las pequeñas oportunidades que nos ofrezca el entorno y que, aunque parezcan irrelevantes, puedan servir de puntos de anclaje donde apoyarse para ir poco a poco alcanzando metas más importantes en el camino de la adaptación.
En este aspecto es necesario prestar atención a las emociones, que son el motor de la acción, y estas pueden ser emociones positivas (facilitan el cambio) o negativas (lo impiden o dificultan). Un control de las emociones negativas que se desprenden de la situación sobrevenida (miedo, frustración, tristeza, ira, etc.) y una activación de las positivas (ilusión, esperanza, motivación, alegría, etc.) resultan imprescindible para lograr la adaptación. No obstante, en algunas ocasiones la estrategia elegida para crear una nueva realidad implica asumir un coste (emocional, económico, logístico, etc.) y, además, el riesgo de que pueda dar lugar a otra situación también perturbadora, por lo que deberíamos evaluar si los beneficios o ventajas que puede reportar esta serán superiores a los costes que ello comporte.
Todas las actuaciones emprendidas ante los cambios crearán conductas tipo que formarán, con el tiempo, patrones de adaptación. Gradualmente y a medida que estos patrones adaptativos vayan formando parte habitual de nuestra cotidianidad (esto es, cumplen su función y nos adaptan a la nueva situación) empezaremos a ver las cosas de manera más equilibrada, permitiéndonos una respuesta más flexible en lugar de una reacción aflictiva automática, única e invariable. Los patrones de adaptación confieren una cierta estabilidad emocional y equilibrio psicológico, pero también tienen un gran inconveniente, pues si nos dejamos guiar por ellos de forma inflexible y rígida restringen otras opciones de actuación que sean más apropiadas a las circunstancias del momento.

Conclusión de la adaptación psicológica al cambio
El proceso previo de aceptación y el posterior de adaptación a la nueva situación suelen ser lentos y complicados. La persona debe asumir y aceptar la impotencia y frustración ante la situación sobrevenida y estar dispuesta a superarla, pues una situación de desequilibrio psicológico prolongado suele llevar a la persona a un estado de desesperanza y falta de ilusión por la vida. Igualmente, debe asumir que una adaptación satisfactoria a la nueva situación es posible y, por tanto, no caer en la desesperación ni pensar que esta situación desagradable no tiene fin (puede observarse que la gran mayoría de las personas que han sufrido la pérdida de una persona allegada con el tiempo cambian su estado mental y su actitud ante la vida y terminan adaptándose a la nueva situación con mayor o menor facilidad).
Es difícil dejar a un lado el recuerdo de la situación personal que se disfrutaba y controlar el impulso a la resignación y a dejarse llevar por las circunstancias, pero en vez de luchar contra los pensamientos, las emociones y las sensaciones desagradables que afloran en nuestra consciencia, debemos construir una nueva situación, un nuevo escenario vital con las miras puestas en el futuro y no en el pasado, esto es: forjar el presente de espaldas al infortunio del pasado y mirando de frente al futuro con ilusión y esperanza.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
Si deseas leer más artículos parecidos a La adaptación al cambio según la psicología, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Psicología cognitiva.

* Documento bajado de https://www.psicologia-online.com/la-adaptacion-al-cambio-segun-la-psicologia-4380.html el 15 de abaril a las 1955 horas. 


Ejemplo de como trabajar con documento de word


jueves, 9 de abril de 2020

Psicología 64 cuestionario de proyecto de vida.



Cuestionario de Psicología.   Sobre Proyecto de vida   
1. ¿Cuáles son los elementos para que el contructo proyecto de vida adquiera sentido?

 2. Para que el proyecto de vida sea congruente debe de vincular al individuo con…. 

      3.   Otro concepto que se relaciona con el de Proyecto de Vida es el de itinerario vital; ¿el cual consiste en?

     4.     ¿Qué son las coyunturas vitales?

    5.  Para el psicólogo Elder, ¿qué es el curso de vida o el desarrollo personal?
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    6.   Además de la dimensión de Género, ¿de qué otras dimensiones se compone el proyecto de vida

    7.   ¿A qué se la llama estructuras de transición? 

8.  ¿Qué son las trayectorias sociales?

9.  ¿Qué elementos constituye el proyecto de vida?

     
     10. ¿Por qué es importante que un estudiante de bachillerato reflexione y elabore un proyecto de vida.  


psicología 64, proyecto de vida