Tomado de Ismael Contreras Plata. 2004. Breve
historia del siglo XX, Un siglo de revoluciones, contrarrevoluciones y
guerras (frías y calientes). México, DF. Edt. Casa Juan Pablo.
La revolución socialista en
Rusia 1917
Gracias a la lucha abierta y directa por el poder,
las masas obreras acumulan en
un tiempo muy
breve una gran experiencia
política y ascienden
rápidamente un escalón tras
otro.
León Trotsky
La Revolución rusa de 1917 (en realidad las dos
Revoluciones Rusas, la de febrero y la de octubre) surgió directamente de la
guerra, aunque tiene causas específicas muy profundas: el despotismo zarista,
la lucha y organización del pueblo ruso desde el siglo XIX y el hambre de
tierra de los campesinos. Sin embargo, la bancarrota del viejo régimen zarista
y el colapso del gobierno fueron provocados por tres años de guerra, que
exigían al pueblo enormes sacrificios. Recordemos que todos los recursos
existentes eran destinados al frente de batalla. La falta de alimentos y carbón
para la calefacción, así como el elevado precio de éstos cuando los había,
generó una situación desesperada en la población, tanto en las ciudades como en
el campo. Las protestas contra esta situación empezaron a paralizar a los
gobernantes, pues tenían que dedicar su atención no sólo a las estrategias de
guerra, sino que en la retaguardia tenían que enfrentar a un nuevo enemigo, las
movilizaciones revolucionarias de la clase obrera y las masas campesinas.
En 1917, Rusia era el imperio que
presentaba mayores contradicciones socioeconómicas. En lo que respecta a la
estructura económica, como lo analizó León Trotsky, presentaba serias
desigualdades, ya que era un país con un inmenso territorio, donde la nobleza
terrateniente chupaba la sangre a grandes contingentes de campesinos; quienes,
en mucho cultivaban la tierra con una organización y técnicas que databan del
siglo XVII. El atraso agrario coexistía con un sector industrial altamente
tecnificado, que se encontraba a la altura de los imperios europeos y del
imperio norteamericano e incluso en algunos aspectos los superaba. Cabe señalar
que la producción industrial se encontraba fuertemente centralizada en grandes
empresas y en unas cuantas ciudades, ya que el capital para financiar el
crecimiento de este sector no era originario de Rusia; mas bien, los
capitalistas de los imperios occidentales invirtieron grandes sumas de capital y
transformaron la economía rusa en unas cuantas décadas. Los capitales
extranjeros pronto ejercieron una profunda influencia, por medio del capital
financiero, en toda la vida económica del imperio ruso, incluso en la monarquía
y la nobleza zarista, quienes para financiar sus gastos suntuarios recibían
grandes prestamos de las bolsas europeas. Las desigualdades socioeconómicas
existentes en Rusia se combinaban con una estructura política de carácter absolutista,
donde se sometía a múltiples nacionalidades, la población no tenía los mínimos
derechos democráticos y los campesinos se encontraban atados, como en el
feudalismo, a los terratenientes y por lo tanto carecían del derecho a la
propiedad de la tierra.
LA LEY DEL DESARROLLO DESIGUAL Y COMBINADO
En este sentido, precisamente, las
desigualdades existentes en la Rusia zarista y a partir de la confrontación de
las ideas marxistas en el seno del movimiento obrero, León Trotsky, descubrió
la llamada ley del desarrollo desigual y combinado, misma que será un
elemento teórico de vital importancia para comprender el proceso histórico de
los países atrasados. Esta ley nos dice que en las naciones atrasadas la
penetración del capital imperialista establece relaciones de producción capitalistas
y por ende ejerce el control de la economía sobre el resto de las formas
precapitalistas de producción, lo que genera un proceso de desigualdad
socioeconómica. Sin embargo, esta desigualdad se combina para dar como resultado
una interacción (combinación) necesaria para el proceso de explotación, a lo
que Trotsky llamó la ley de desarrollo combinado. En los países atrasados, esta
interacción entre el desarrollo desigual y combinado, expresa Trotsky, genera
el surgimiento de “saltos” en el proceso histórico. Bajo la presión de
las condiciones externas se ven obligados a saltar las etapas de evolución que
originalmente requirieron un periodo histórico entero para desarrollar sus
potencialidades. Debido a que en unos cuantos años, en estos países atrasados,
se introducen técnicas de producción más modernas o avanzadas, lo que para los
países centrales les llevó décadas desarrollar. De esta manera, en Rusia la
introducción del modo de producción capitalista se efectuó en unas cuantas
décadas, lo que para las naciones europeas tardó centurias.
Rusia era el imperio que a finales de 1916 e
inicios de 1917 enfrentaba una mayor inconformidad por parte de los
trabajadores. En este lapso una ola de huelgas sacudió sus principales ciudades.
En febrero de 1917, una manifestación, con motivo de la celebración del día
internacional de la mujer, se unió al llamado de una huelga general que habían
convocado los trabajadores y trabajadoras de la industria metalúrgica. Después
de cuatro caóticos días de protestas, durante los cuales los soldados se
negaron a atacar a la multitud, el zar abdicó. Inmediatamente se nombró un
gobierno provisional. Para todos los sectores políticos fue el triunfo de la República.
La caída del zar para las masas, sin embargo, fue la proclamación de la
libertad, la igualdad y la democracia directa.
La Revolución de febrero de 1917
permitió el regreso a Petrogrado (nombre adoptado por la antigua San
Petersburgo) de una multitud de revolucionarios proscritos, que el gobierno
zarista había exiliado en Siberia. Una gran parte de ellos eran miembros del
Partido Obrero Socialdemócrata (el cual estaba dividido en dos corrientes la
bolchevique y la menchevique) o al Partido Socialista Revolucionario. A su
llegada los dirigentes exiliados del ala bolchevique encontraron en los
trabajadores y campesinos un caldo de cultivo para difundir las ideas
revolucionarias, anticapitalistas y socialistas por lo que muchas de las líneas
políticas de los bolcheviques pronto fueron adoptadas por el pueblo trabajador.
Al mismo tiempo de nombrado el
gobierno provisional, los trabajadores, siguiendo la experiencia de 1905,
empezaron a formar los soviets de obreros y campesinos, en esta ocasión, con la
participación activa de los soldados. El soviet general de obreros, campesinos
y soldados dio a conocer, desde marzo el programa de política exterior, donde
se planteaba una paz sin anexiones ni indemnizaciones. Por su parte, el
gobierno provisional, manteniendo todos los compromisos del antiguo régimen zarista
con sus aliados imperialistas, no tenía las intenciones de satisfacer las
necesidades de los obreros y campesinos; no pretendía pactar la paz ni establecer
el reparto agrario; demandas éstas muy fuertes por parte de la población. Con
la formación del soviet (una organización surgida de las bases mismas en las
fábricas y barrios) se empezaban a crear las condiciones de un doble poder y
los orígenes de lo que sería el estado obrero. Para el gobierno provisional y
los sectores de la burguesía la caída del zar, significaba el triunfo de la
revolución y el fin de la lucha democrática.
Pese a ello, al principio, todas
las organizaciones políticas apoyaban al gobierno provisional, incluso el
partido bolchevique, hasta que Lenin, volvió a Rusia, en abril de 1917, y
planteó en sus famosas "Tesis de
abril", que a consecuencia de una organización deficiente y a una
insuficiente conciencia de clase del proletariado, se le había otorgado el
poder a la burguesía a través del gobierno provisional. El partido bolchevique,
escribía Lenin, tenía que aprovechar la posibilidad de luchar por la
sustitución de la República parlamentaria por el poder de los soviets. ¡Todo el
poder a los soviets!, fue la consigna leninista. Si bien es cierto que hasta
esos momentos, el Partido de bolchevique tenía muy pocos delegados a los
soviets y la mayoría del partido no estaba de acuerdo con las posiciones de
Lenin, éste poco a poco fue convenciendo a la mayoría del partido de la
necesidad de tomar el poder.
En junio de 1917, cuando se reunió el Primer Congreso
Pan Ruso de los Soviets, el partido bolchevique incrementó el número de sus
seguidores. Aunque el congreso estaba dominado por mencheviques y sociales
revolucionarios; los manifestantes que asistían a la marcha convocada por el
congreso coreaban las consignas de los bolcheviques: ¡Paz, tierra, pan y
libertad! Por su parte el gobierno provisional, conforme pasaban los días iba
perdiendo el apoyo de los trabajadores, campesinos y soldados; grandes
manifestaciones de descontento se efectuaron en julio, exigiéndole al gobierno
que pactara la paz. Las protestas fueron reprimidas sangrientamente por el
gobierno provisional. Sin embargo, esto no amedrentó a los trabajadores, ya que
siguieron protestando para hacer frente a esta situación, la única salida que
encontró la burguesía fue detener el movimiento revolucionario con un golpe de
estado, por lo que recurrió a la contrarrevolución. En efecto, en septiembre de
1917 el general Kornilov intentó un golpe de estado, mismo que se vio frustrado
debido a que los soldados no lo secundaron, principalmente porque los
bolcheviques llamaron a la creación de una milicia armada que contrarrestara el
golpe. Por estas fechas, los
bolcheviques obtuvieron la mayoría en los soviets de Petrogrado y Moscú. Lenin,
quien se encontraba oculto en Finlandia, desde las jornadas de junio y julio,
planteaba que era el momento de preparar la toma del poder por los soviets.
La organización del levantamiento
fue confiada al Comité Militar Revolucionario, que se había formado a
principios de octubre, en el soviet de Petrogrado, con León Trotsky como su
presidente.
Durante la madrugada del 25 de octubre, por medio del
Comité Revolucionario, Trotsky dirigió la toma de puntos estratégicos de la
ciudad de Petrogrado, durante la cual, prácticamente no se presentó ninguna
resistencia. El gobierno provisional había sido derribado. El segundo congreso
de todos los soviets, se reunió el mismo día, el 25 de octubre y emitió una
serie de proclamas, propuestas por Lenin, para que los soviets locales de toda
Rusia tomaran el poder.
El congreso de soviets aprobó un
decreto de paz sin anexiones ni indemnizaciones; un decreto sobre la tierra,
por medio del cual se expropió a los terratenientes y se puso a disposición de
los comités agrarios para el reparto de ésta; y un decreto sobre la formación
de un gobierno de obreros y campesinos. Se decretó además la jornada de trabajo
de ocho horas y se declaró la nacionalización de la banca.
Nació así un estado obrero, la
primera república de trabajadores de la ciudad y el campo de la historia. Por
primera vez se estableció un sistema social en donde la producción no estaba
destinada a la apropiación privada o a la obtención de la ganancia.
La Revolución socialista rusa fue,
sin lugar a dudas, el movimiento revolucionario más profundo de la historia del
siglo XX; su influencia se hizo sentir profundamente durante toda su trayectoria.
Se puede afirmar que la conquista y la consolidación del poder obrero en 1917
en Rusia será el acontecimiento clave de la historia de los trabajadores en el
siglo XX.
Las potencias imperialistas pronto
se percataron de las repercusiones que traería el régimen soviético e
inmediatamente se apresuraron a contener el avance de la revolución por lo que,
en marzo de 1918, tropas inglesas, seguidas por otras francesas y
estadounidenses ocuparon el puerto de Murmansk en el norte. Posteriormente, el
gobierno japonés, que no se quería quedar atrás, ordenó el desembarco de tropas
en Vladivostok.
Las tropas extranjeras fueron apoyadas
en el interior por algunos grupos de rusos “blancos” que, con el advenimiento
del poder de los trabajadores, habían perdido sus privilegios. Sin embargo, después de meses de enfrentamientos
la intervención extranjera fue derrotada. Jugó un papel importante el cansancio
de los soldados de lo ejércitos enemigos y la solidaridad manifiesta hacia
nuevo el gobierno revolucionario de Rusia, por parte de los movimientos obreros
de Europa y otras partes del mundo. Muchos de los miembros de base de las
tropas invasoras vieron que sus intereses de clase se encontraban del lado de
los trabajadores y campesinos rusos, representados en el nuevo gobierno; por lo
que se opusieron a continuar la guerra de invasión contra la primera república
de obreros y campesinos. Por ejemplo, en abril de 1919 soldados franceses se
insurreccionaron en los barcos de guerra en Odesa lo que hizo que los altos
mandos militares ordenaran el cese de las hostilidades y la evacuación del
puerto; igualmente en Murmansk estaban a
punto de amotinarse los soldados, lo cual se evitó debido a que se dio la orden
de la retirada de las tropas estadounidenses y francesas. Por su parte las
tropas de rusos blancos fueron incapaces de ganar el apoyo de la población ni
de mantener una base en ella por lo que en 1920 fueron derrotadas y expulsadas
del suelo soviético definitivamente por el ejército rojo.
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